Karma negativo: Si reaccionamos ante una situación con una emoción negativa, la huella que queda en la mente terminará por madurar e influir negativamente en alguna situación de nuestra vida. Por ejemplo: si alguien está enojado con nosotros y también nosotros reaccionamos con enojo, dejamos una huella que hace más posible que éste vuelva a surgir y que encontremos la condición secundaria que suscitará nuestro enojo habitual. Esto es fácil de ver si tenemos una gran cantidad de enojo en nuestra vida o si conocemos a alguien así; la personas irritables se ven continuamente en situaciones que justifican su ira, mientras que aquellas menos enojadas, no. Las situaciones externas pueden ser similares, pero las distintas inclinaciones kármicas crean mundos subjetivos diferentes. Si una emoción se expresa de manera impulsiva, puede generar fuertes resultados y reacciones. El enojo lleva a pleitos o a cualquier otra situación destructiva. Las personas pueden resultar física o emocionalmen