Haz que no parezca amor.
Que es lo que se lleva ahora.
Duelen tantas tripas en nombre de la libertad.
Tú dices libre y yo digo cobarde.
Cobarde todo aquel que no es capaz de comprometerse con el instante.
Cobarde todo aquel que no esté presente cuando el otro está desnudo y vulnerable.
Cobarde todo aquel que puso un límite desde el principio.
Yo es que no quiero nada serio.
Como si no fuera lo suficientemente serio
estar dentro físicamente de otro ser
humano.
Yo es que no creo en las etiquetas.
Como si ponerle nombre a las cosas fuera algo malo.
Yo es que busco pasar el rato.
Como si la vida fuera para siempre.
Hay algo tan neurótico en nuestra manera actual de relacionarnos.
Tan irrespetuoso con la vida.
Tan impaciente.
Y queremos más: más picante,
más guapas, más fuertes, más delgadas.
Nos aburrimos porque no nos soportamos a nosotros mismos.
Porque no queremos que nadie nos conozca.
Porque es más sencillo empezar de nuevo
cada dos años vendiendo nuestra mejor cara.
Porque tenemos miedo a que en el fondo seamos un auténtico fraude.
A que cuando el otro arañe un poco vea que no hay nada.
Nada serio.
Y aquí seguimos rascando, cambiando
cromos repetidos, poniéndonos ropa
interior cara para que otros se limpien
los pies al entrar.
Haciendo del amor una servidumbre de paso.
¿No sientes a veces que tú vales más que
todo eso que haces?
Que tú eres un milagro.
Con tus ojos que todavía pueden ver.
Con tu pies moviéndose para llevarte al
lugar que quieras.
Con tu boca capaz de dar las gracias.
Con tu piel ocupando una plaza en el mundo.
¿No sientes a veces que tú te mereces más
que lo poco que te hacen?
Dos besos mal pegados.
Tres minutos entre las piernas.
Cinco embestidas.
Y un WhatsApp: No me agobies.
Lo más triste es que esta sociedad nuestra
ha conseguido invertir los papeles.
Ahora si dices que sientes algo, estás loco.
Es muy pronto.
Muy arriesgado.
Poco inteligente.
Dime tú, cómo lo haces para no sentir algo
cuando lo haces.
¿Cómo se finge la vida?
Cómo se hace para que nunca parezca amor.
Y que simplemente parezca un accidente.
Roy Galán.
Leído en Sincronia.
Comentarios
Publicar un comentario
A todo caminante que la vida trajo por aqui, le agradezco que deje su huella. Un abrazo!!!