
Mi oración, Dios mío es ésta:
Hiere,hiere la raiz de la miseria en mi corazón.
Dame fuerza para llevar ligero mis alegrías y mis pesares.
Dame fuerza para no renegar nunca del pobre, ni doblar mi rodilla al poder del insolente.
Dame fuerza para levantar mi pensamiento sobre la pequeñez cotidiana.
Dame, en fin, fuerza para rendir mi fuerza, enamorado, a tu voluntad.
R. Tagore.
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A todo caminante que la vida trajo por aqui, le agradezco que deje su huella. Un abrazo!!!