Ir al contenido principal

Oración para la verdad.


Hoy, Creador, te pido que abras mis ojos y mi corazón a fin de que pueda recuperar la verdad sobre mi vida. Ayúdame a resistir la tentación de creer en las mentiras que reprimen la expresión de mi vida y de mi amor. Concédeme la fuerza necesaria para resistir la tentación de creer en las mentiras de los demás, que sólo crean veneno emocional en mi corazón.
Hoy, Creador, permíteme ver lo que es y no lo que quiero ver. Permíteme oír lo que es y no lo que quiero oír. Ayúdame a recobrar mi conciencia para que pueda verte en todo lo que percibo con mis ojos, con mis oídos, con todos mis sentidos. Permíteme percibirte con los ojos del amor, para que pueda encontrarte dondequiera que vaya y verte en todo lo que has creado. Ayúdame a verte en todas y cada una de las células de mi cuerpo, en cada emoción de mi mente, en cada persona con la que me encuentre. Permíteme verte en las flores, en el agua, en el fuego, en los animales y en las mariposas. Estas en todas partes y Yo Soy uno contigo. Permíteme ser consciente de esta verdad.
Permite que todo lo que haga y diga hoy sea una expresión de la belleza de mi corazón. Permíteme ser conciente de la belleza y la perfección de todo lo que has creado, para que pueda vivir en amor eterno contigo. Gracias, Creador por el poder de crea un sueño del cielo en el que todo es posible. Empezando hoy, utilizaré el poder de mi amor para crear una obra de arte maestra: mi propia vida.

Amén.




Miguel Ruiz.


Comentarios

  1. En el aprendizaje de los diferentes colores que la vida tiene he dado con tu blog. Realizas un extraordinario trabajo de enseñanza y divulgación de esa realidad que no siempre somos capaces de ver...

    Me he permitido utilizar esa oración de Miguel como presentación de mi propio blog.

    Espero que no sea causa de molestia. Gracias.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

A todo caminante que la vida trajo por aqui, le agradezco que deje su huella. Un abrazo!!!

Entradas populares de este blog

Ayúdame a mirar...

“Diego no conocía la mar. El padre, Santiago Kovadloff, lo llevó a descubrirla. Viajaron al sur. Ella, la mar, estaba más allá de los altos médanos, esperando. Cuando el niño y su padre alcanzaron por fin aquellas cumbres de arena, después de mucho caminar, la mar estalló ante sus ojos. Y fue tanta la inmensidad del mar, y tanto su fulgor, que el niño quedó mudo de hermosura. Y cuando al fin consiguió hablar, temblando, tartamudeando, pidió al padre: "¡Ayúdame a mirar!" ( Eduardo Galeano.) La petición del niño ante la sorpresa azul del inmenso mar es la más bella expresión de lo que hombres y mujeres podemos hacer unos por otros en la búsqueda permanente que marca nuestra existencia. ¡Ayúdame a mirar! Tú no puedes mirar por mí, no puedes obligarme a mirar, no puedes hacer que yo vea lo que tú ves, no puedes forzarme, no puedes prestarme tus ojos, tus ideas, tu experiencia. Pero puedes ayudarme. Ya me has ayudado con llevarme al sur, con atravesar la arena conmigo, con pone

Dicen que antes de entrar en el mar...

“Dicen que antes de entrar en el mar, EL RIO tiembla de miedo... mira para atrás, para todo el día recorrido, para las cumbres y las montañas, para el largo y sinuoso camino que atravesó entre selvas y pueblos, y vé hacia adelante un océano tan extenso, que entrar en él es nada más que desaparecer para siempre. Pero no existe otra manera. El río no puede volver. Nadie puede volver. Volver es imposible en la existencia. El río precisa arriesgarse y entrar al océano. Solamente al entrar en él, el miedo desaparecerá, porque apenas en ese momento, sabrá que no se trata de desaparecer en él, sino volverse océano.” Khalil Gilbran.

Decir lo que se siente...

Decir lo que se siente exactamente como se siente. Claramente, si es claro, oscuramente si es oscuro; confusamente si es confuso. Fernando Pessoa.