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Mostrando entradas de septiembre, 2010

Dicen...

Dicen que las alegrías, cuando se comparten, se agrandan. Y que en cambio, con las penas pasa al revés. Se achican. Tal vez lo que sucede, es que al compartir, lo que se dilata es el corazón. Y un corazón dilatado esta mejor capacitado para gozar de las alegrías y mejor defendido para que las penas no nos lastimen por dentro. Mamerto Menapace.

Cuando yo me una aTi ...

Cuando yo me una a Ti con todo mi ser, no habrá ya para mí penas ni pruebas, y mi vida, toda llena de Ti, será plena. San Agustín.

Tú ya eres felicidad.

Despertarse es la única experiencia que vale la pena. Abrir bien los ojos para ver que la infelicidad no viene de la realidad, sino de los deseos y de las ideas equivocadas. Para ser feliz no has de hacer nada, ni conseguir nada, sino deshacerte de falsas ideas, ilusiones y fantasías que no te dejan ver la realidad. Eso sólo se consigue manteniéndote despierto y llamando a las cosas por su nombre. Tú ya eres felicidad, eres la felicidad y el amor, pero no lo ves porque estás dormido. Te escondes detrás de las fantasías, de las ilusiones y también de las miserias de las que te avergüenzas. Nos han programado para ser felices o infelices (según aprieten el botón de la alabanza o de la crítica), y esto es lo que te tiene confundido. Has de darte cuenta de esto, salir de la programación y llamar a cada cosa por su nombre. Si te empeñas en no despertar, nada se puede hacer. "No te puedes empeñar en hacer cantar a un cerdo, pues perderás tu tiempo y el cerdo se irritará." Ya sabes

Comparación e intoxicación.

Había una vez una paloma salvaje; tenía su nido en el bosque cerrado, allí donde el asombro habita junto al escalofrío entre los esbeltos troncos solitarios. No muy lejos, donde el humo asciende en la casa del labrador, habitaban algunas parientes lejanas: dos palomas domésticas. Un día hablaban entre ellas de la situación de los tiempos y del sustento. La paloma salvaje decía: -Soy rica e inmensamente feliz, unos días encuentro mucho alimento y otros poco; pero siempre hay algo que comer. Hasta la fecha nunca he tenido problemas. Yo confío en la naturaleza y dejo que cada día me sorprenda con su providencia. Las palomas domésticas levantaron un poco la cabeza y dijeron que “ querían lo mejor ” para su prima salvaje, y por ello le hicieron ver que en realidad era pobre, que no tenía nada y que vivía en la más absoluta inseguridad, dependiendo del día a día. Una de ellas dijo: -Nosotras sí que tenemos el porvenir asegurado junto al labriego con quien vivimos. Cuando la recolec

La persona es su propia estrella...

"La persona es su propia estrella; y el alma que puede crear una persona honesta y perfecta, dirige toda la luz, todas las influencias, todo el destino; nada para ella aparece muy temprano o muy tarde. Nuestros actos son nuestros ángeles, buenos o malos, Nuestras sombras fatales que caminan a nuestro lado". Ralph Emerson.

El medio puente.

"De nada sirve construir medio puente”. Sólo con oír el proverbio chino se me iluminó el alma y se me aclararon rincones de la conciencia. No sin dolor. Vi de repente la imagen del medio puente. Desde una orilla hasta el centro del río. Apéndice colgante, proyección inútil, gesto de piedra incompleta sobre el correr de las aguas. Monumento al ridículo en entorno de moradas de hombres y paisajes de la naturaleza. Recuerdo del esfuerzo a medias que gastó energías sin servir para nada. Ingeniería frustrada. Más hubiera valido no comenzar el puente si no iba a ser terminado. Hubiera ahorrado gastos, hubiera respetado terreno, y hubiera acumulado deseos de comunicación entre las dos orillas hasta que surgiera de veras la voluntad y los recursos para emprender la empresa con garantías de conclusión. Si no hubiera puente, se aceleraría el planeamiento de su construcción responsable. Pero el medio puente lo estropea todo. No permite cruzar el río no deja pensar en otro puente. La ma

Largo es el camino...

Largo es el camino de la enseñanza por medio de teorías, Breve y eficaz por medio de ejemplos. Séneca.

Dejarse ir emocionalmente.

Las emociones son más tercas que los pensamientos. El pegamento que te adhiere a tus viejas convicciones y expectativas es la emoción. Cada vez que niegas la posibilidad de desprenderte estás haciendo una aseveración emocional. En realidad, puedes desprenderte de cualquier situación en cualquier momento. “ No puedo “ sólo significa: “ Temo las consecuencias emocionales que pueda sufrir si lo hago.” Tu ego traza una línea en el suelo y asegura que , si la cruzas, no sobrevivirás a las sensaciones interiores que surjan. Aquí se autoimpone una poderosa limitación, que en el fondo no es cierta. Lo cierto es que se sobrevive a cualquier emoción; en verdad, ese miedo excesivo, esa pérdida, esa humillación excesivas, ese rechazo o desaprobación excesivos ya han sucedido . Has cruzado esa línea muchas veces; de lo contrario no sabrías dónde trazarlas. Lo que está diciendo tu ego, es que no puedes cruzar esa línea, en realidad, es que no puedes cruzar esa línea otra vez. Sin embardo desde

Dejarse ir mentalmente.

Ya he hablado extensamente sobre el modo en que la mente se aferra mediante convicciones, expectativas e interpretaciones. Se requiere toda una vida para acumular estas respuestas condicionadas, pero las desmantelamos segundo a segundo. El mejor momento para comenzar es el actual. Cuando te descubras en una situación en la que el desastre, la pérdida, el dolor o cualquier otra emoción negativa sea un resultado seguro, utiliza la fórmula más adecuada entre las siguientes: * Esto es solo una experiencia. Estoy en la tierra para vivir experiencias. No sucede nada malo. * Mi Yo superior sabe lo que sucede. Esta situación es por mi bien, aunque ahora no sea evidente. * Mis temores pueden estar justificados, pero el resultado no me destruirá, hasta puede hacerme bien. Esperaré a ver que pasa. * En este momento sufro una reacción fuerte, pero no es mi verdadero yo, ya pasará. * Lo que temo perder está destinado a irse. Estaré mejor cuando entren nuevas energías. * Diga el m

Dejarse ir físicamente.

Dejarse ir físicamente es cuestión de liberar tensiones. Por efecto del estrés, el cuerpo se tensa; la respiración se torna superficial y arrítmica, el equilibrio hormonal pasa de sus niveles normales al estado hiperalerta de luchar o huir. O puedes manejar todo esto al mismo tiempo. En todo programa para el manejo del estrés debes tomar un compromiso a largo plazo, ya sea mediante la meditación, el yoga o cualquiera de otras incontables opciones. El estrés es permanente; por lo tanto la reducción de estrés también debe ser permanente. A corto plazo, desprenderse del estrés requiere relajarse. Aspira profundamente y con medida; deja que el aire escape libremente. Acuéstate, en lo posible, y permite que la liberación se produzca durante el tiempo necesario. Entre las señales de una buena liberación figuran los bostezos, suspiros, sollozos callados, toses, estornudos, y somnolencia, deja que tu cuerpo haga cualquiera de estas cosas o todas ellas. Otros medios de liberación física

Dejarse ir.

En términos prácticos, rendirse significa dejarse ir. Aunque no lo comprenda así, la realidad no es algo fijo. Cada uno de nosotros habita una realidad aparte. Tu mente mantiene tu versión personal de la realidad atrincherándola con creencias, expectativas e interpretaciones. Bloquea el libre flujo de la fuerza vital diciendo: “Así deben ser las cosas.” El dejarse ir te libera de este puño insistente; cuando te dejas ir pueden ingresar nuevas formas de realidad. Basta con ir a dar una vuelta en la montaña rusa para ver quién disfruta más de la experiencia; los que se aferran con los nudillos blancos y los dientes apretados o los que se dejan ir, sin resistencia. Dejarse ir es un proceso. Debes saber cuándo aplicarlo, de qué desprenderse y cómo hacerlo. La mente no va a mostrarte ninguna de estas cosas; peor aún: tu ego tratará de impedir que avances, pues está convencido que debes aferrarte para sobrevivir. En este desprendimiento, tu único aliado es el espíritu, que ve la realidad

Fertilidad.

A punto de terminar su relato, una ráfaga de viento se llevó las palabras. Cayeron en tierra fértil, y en primavera brotaron cuentos de colores. Lola Diaz.

Lo que piensan los demás.

"Cada vez que se encuentre usted en el lado de la mayoría, es tiempo de hacer una pausa y reflexionar” .( Mark Twain ) Cuenta una parábola que un hombre y su mujer salieron de viaje con su hijo de 12 años, que iba montado sobre un burro. Al pasar por el primer pueblo, la gente comentó: “Mirad ese chico tan maleducado: monta sobre el burro mientras los pobres padres van caminando.” Entonces, la mujer le dijo a su esposo: “No permitamos que la gente hable mal del niño. Es mejor que subas tú al burro”. Al llegar al segundo pueblo, la gente murmuró: “Qué sinvergüenza, deja que la criatura y la pobre mujer tiren del burro, mientras él va cómodo encima”. Entonces tomaron la decisión de subirla a ella en el burro mientras padre e hijo tiraban de las riendas. Al pasar por el tercer pueblo, la gente exclamó: “¡Pobre hombre! ¡Después de trabajar todo el día, debe llevar a la mujer sobre el burro! ¡Y pobre hijo! ¡Qué será lo que les espera con esa madre!”. Entonces se pusieron de acuerdo y d

Si no lo encuentras dentro de ti...

Si no lo encuentras dentro de ti, ¿dónde lo encontrarás?. Alan Watts.

La semilla.

La misión de la espiga no es ser el lugar definitivo para la semilla. Cada semilla debe asumir la vida de una manera tan suya y personal, que pueda vivirla independientemente de la espiga en la que maduró. Toda semilla que quiera cumplir con su vocación de vida, y con su misión por los demás, debe aceptar la deschalada y el desgrane. Sólo si ha asumido su vida en plenitud y de una manera personal, será capaz de seguir viviendo luego de la desgranada. Y así podrá incorporarse al gran ciclo de la siembra nueva. Si su vida es auténtica y acepta hundirse en el surco de la tierra fértil, su lento germinar en el silencio aportará al sembrado nuevo una planta absolutamente única, pero que unida a las demás, formará el maizal nuevo. No es el maizal el que valoriza la identidad de las plantas. Es el valor irremplazable de cada planta en su riqueza y fecundidad lo que valoriza al maizal. No es la sociedad nueva la que creará los hombres nuevos. Son los hombres nuevos quienes formarán la nueva so

Tus hijos.

Tus hijos no son tus hijos son hijos e hijas de la vida deseosa de sí misma. No vienen de ti, sino a través de ti y aunque estén contigo no te pertenecen. Puedes darles tu amor, pero no tus pensamientos, pues, ellos tienen sus propios pensamientos. Puedes abrigar sus cuerpos, pero no sus almas, porque ellas, viven en la casa del mañana, que no pueden visitar ni siquiera en sueños. Puedes esforzarte en ser como ellos, pero no procures hacerlos semejantes a ti porque la vida no retrocede, ni se detiene en el ayer. Tú eres el arco del cual, tus hijos como flechas vivas son lanzados. Deja que la inclinación en tu mano de arquero sea para la felicidad. Khalil Gibran.