Más vale caminar finales para comenzar de nuevo y morir mil vidas para sentirse viva, que no querer despedirse de la ilusión de resucitar un camino muerto. Más vale dejarse estremecer por la incertidumbre de un renacimiento que dejarse amansar por el tropiezo de un camino repetido con idénticas piedras. Cuando un camino acaba nuevos senderos asoman, rumbo descalzo, puro comienzo, tan incierto como inmenso, inconmensurable nada dando la primera zancada hacia el infinito. Ada Luz Márquez