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Mostrando entradas de noviembre, 2010

Comunicándonos.

Cuando nos comunicamos con alguien debemos establecer contacto con la edad que ese alguien tiene en el momento de la conversación, pero también debemos comunicarnos con su bebé. Porque cada uno de nosotros lleva, hasta la muerte, al niño pequeño que ha sido. De este modo, tenemos que comunicarnos aceptando todas las edades que posee la persona con quién conversamos. Un ser humano no se reduce a lo que emana de él en el momento en que está comunicándose con nosotros. Nos dirigimos a este momento pero aún más a su bebé, a su anciano y a todos las edades que existen entre estos polos. Qué maravilla ver un proceso, ver al otro y al mismo tiempo contemplar a su bebé, a su anciano, su nacimiento, su muerte y su renacimiento. Cuando uno llega a esto, comprende lo que significa comunicarse con una persona: verla completamente, ver su vida anterior, su vida fetal, su nacimiento y ver también su muerte, su renacimiento.... . Alejandro Jodorowsky. "Los Evangelios para sanar" (2).

El amor, esa maravilla .

Cuando se te dio el regalo de la vida humana, se olvidaron de darte un manual de instrucciones. Algunos no lo necesitan. Pero a otros se les ha dado equivocado. Estos últimos ven la vida como algo que los angustia, los llena de ansiedad, de miedos y deseos. Esto es el resultado del manual que les ha proporcionado su cultura. No es la naturaleza la causa del sufrimiento, sino el corazón del hombre lleno de deseos y de miedos que le inculca su programación desde la mente. La felicidad no puede depender de los acontecimientos. Es tu reacción ante los acontecimientos lo que te hace sufrir. Naces en este mundo para renacer, para ir descubriéndote como un hombre nuevo y libre. La atracción que brota de nosotros no es amor. Eso que llamamos amor es un gusto por sí mismo, un negocio de toma y daca, y de condicionamientos: tanto como me ames te amaré. Es una dependencia, una necesidad de lograr una felicidad que nos reclama desde dentro (porque nosotros somos felicidad y hemos nacido para ser f

Mirar.

L a mitad de la belleza depende del paisaje... la otra mitad... del hombre que lo mira. L in Y utang.

El disfraz de la esencia Divina.

El gran sol. Hubo una vez un gigantesco sol que destellaba e iluminaba todos los rincones del universo, y sus rayos llegaban a distancias inimaginables. En la propia evolución de ese sol, empezaron a desprenderse chispas de él mismo con conciencia, y empezaron saltar en todas direcciones preciosas chispas, con muchos destellos, con muchos brillos, sublimes y con plena conciencia de su esencia solar y divina. El recorrido de las chispas. En su recorrido empezaron a revestirse de diferentes energías solares que rodeaban su camino, y eran plenamente conscientes de que se estaban envolviendo en una energía un poquito menos brillante de la de su sol. Esa era la idea, que fueran asumiendo, que incorporaran otras energías a su esencia solar. Y sucedió que fueron viajando y a la vez encontrando otros tipos de vestiduras que iban añadiendo a las anteriores, y era un disfraz sobre otro disfraz, hasta que llegó un momento que las mismas chispas no podían reconocerse unas a otras, tan camb

Ironía.

I ronía es la existencia, porque se la da lo que no esperas, porque cuando ya desesperas, aflora lo inesperado, porque vives entre sustantivos y la vida es verbo y cambio, imprevisión. Ironía es que pienses que sabes adónde vas mientras estás yendo, y termines llegando a donde no esperabas ir. Ironía es que esperes y que alcances en obtener lo otro, lo inesperado. Ironía es que de tu no creer brote la fe. J aime B arylko.

Un lugar para el alma.

Una casa es el lugar que habitamos físicamente. Un hogar es el lugar que habitamos con nuestra alma. Una casa es una construcción que puede permanecer vacía, sin habitantes, y seguirá siendo una casa. Un hogar es inconcebible sin personas. Leo una entrevista a la gran escritora (novelista y ensayista) estadounidense Joyce Carol Oates realizada por Jesús Ruiz Mantilla, de El País Semanal , de Madrid, y me provoca estas reflexiones. “Si te alejas mucho de tu hogar pierdes tu alma”, dice Oates. Pienso en los edificios en construcción que brotan como hongos en la ciudad. En los avisos de costosos departamentos en los suplementos de propiedades. Todas esas son casas. Sólo Dios sabe cuántas de ellas se convertirán en hogares. Crisis de vivienda no significa crisis de hogares. Me pregunto cuánta gente tiene muchas propiedades, muchas casas, y ningún hogar. Pienso en muchos otros que, acaso, no tienen una casa propia y, sin embargo, habitan un hogar, han hecho del lugar en el que viven un espa

Vivir...

V ivir es vivir vinculado. Las relaciones con el otro implican responsabilidad de hacer las cosas de la manera esperada, de ser pacientes, de saber ver y escuchar. Ritos, porque sin ellos no hay lazos. J aime B arylko.

El amor a Dios.

L e dije al almendro: "Hermano, háblame de Dios!" Y el almendro se cubrió de flores. N iko K azantzakis.

Promiscuidad espiritual .

Era un discípulo que siempre estaba experimentando con unas y otras vías de liberación, con unos y otros métodos de autodesarrollo, con unas y otras técnicas de evolución espiritual y sosiego interior. Así llevaba años: tanteando y tanteando. El maestro ya le había dicho: -Necesitarías cien vidas para probar todas las vías, métodos y técnicas. Selecciona un poco más y profundiza. Pero cedía ante su tendencia promiscua de cambiar de sistema espiritual, de doctrina y de método. Quizá nadie conocía tantos métodos como él, pero su mente apenas se había modificado. Un día, él mismo se dio cuenta de que no había evolucionado prácticamente nada y de que le faltaba la serenidad interior. Se lamentó ante el maestro: -Estoy apenado. ¡Qué poco he avanzado! Entonces el mentor sintió que por primera vez podría remover los fosilizados parámetros mentales del discípulo y le dijo: -Amigo mío, has sido un necio. Ahora te lo puedo decir, porque parece que empiezas a entender por qué no comprendí

Cambiamos?.

Nunca por muy pocas veces. Siempre por a menudo. Ladrón por alguien que se apoderó de algo ajeno. Infinito por extensión desconocida. Eterno por fin impensable. Eres mi maestro por me enseñaste a aprender de mí mismo. Dame por permíteme que yo tome. Mi mujer por el ser con el que comparto mi vida. Mi obra por lo que he recibido. Así eres por así te percibo. Lo mío por lo que ahora tengo. Morir por cambiar de forma. Alejandro Jodorowsky.

Alegría.

N adie le permite a sus hijos bailar, cantar, gritar y saltar. Por razones triviales -quizás pueden romper algo, quizás se les moje la ropa con la lluvia si corren en el exterior-, por pequeñas cosas se destruye por completo una gran cualidad espiritual: la alegría. O sho.

Confia en tu ser.

C onfia en tu ser, pidele lo que necesites, pero no le indiques ni discutas como te lo concede. Porque el ve toda tu existencia y más allá. Sabe perfectamente que y como es lo que te conviene en este preciso momento. S ai B aba.

Un pequeño gesto, una gran ayuda.

No retengas tu capacidad de amar. Tal vez alguien cercano a ti se sienta solo y carente de afecto. Un abrazo tuyo puede ser el Amor de Dios llegando a esa vida. Quizá otra persona hace mucho tiempo que no se ríe. Un chiste o una broma tuya pueden disparar esa carcajada que renovará el alma de ese ser ensombrecido. Un conocido tuyo puede estar inmerso en un mar de desconcierto. Dos o tres palabras sabias de tu parte pueden llegar a ser la llave para que el otro empiece a destrabar el asunto. Alguien está necesitando de las fuerzas que sólo Dios puede dar. Tan sólo una oración tuya puede ser lo que esa persona requiere para que su fe sea renovada. Una pequeña acción, un pequeño gesto de nuestra parte tal vez representen mucho para alguien atribulado por el dolor y la desesperanza. No minimices tu capacidad de amar. No retengas tu capacidad de amar. Ya sé que también estás necesitado de alguien que te abrace, que te haga reír, que te oriente o que pida a Dios por tu vida. También están t

Aura.

“El sendero que conduce a las estrellas se encuentra en el rayo de luz que mora en tu alma, tu mente y tu corazón". La memoria de los pueblos nos habla de un diluvio mítico, seguido de un amanecer nuevo y radiante simboli­zado por un arco iris. Sus colores le revelaron al ser humano el secreto maravilloso de la Luz y el juego de las energías vibratorias que le daban Vida. Y así, el hombre arco iris, puente entre el cielo y la tierra; unas veces llevando su mirada hacia el espacio y otras hacia el suelo, busco ese ropaje, que cubriéndole, lo convertirán en un ser de Luz, un espíritu radiante ante el paso de la Vida. Tuvo que abrir los ojos de su alma, para lograr ver más allá de su imaginación a todos los seres vivos inmersos en un campo de Energía Universal. Los llego a percibir envueltos en un océano de Luz que parecía adaptarse a su forma... miró y meditó... y supo que cada uno de nosotros tenía un arco iris... un reflejo de EI... y le llamó Aura. Esos colores, fueron y son el e

La nueva tierra no es una utopía.

¿ Acaso la visión de la nueva tierra no es más que otra visión utópica? De ninguna manera. Todas las utopías tienen en común una proyección mental de un futuro en el que todo será perfecto, todos nos salvaremos, habrá paz y armonía y desaparezcan todos nuestros problemas. De esas utopías ha habido muchas; algunas terminaron en desilusión y otras en desastre. Todas las utopías tienen en su centro una de las principales disfunciones estructurales de la vieja conciencia: aspirar a la salvación en el futuro. La única forma como el futuro puede existir es en forma de pensamiento, de tal manera que cuando proyectamos la salvación hacia el futuro lo que hacemos realmente es buscarla en la mente. Permanecemos atrapados en la forma, y eso es ego. "Y vi un nuevo cielo y una nueva tierra", escribió un profeta de la Biblia. Los cimientos de la nueva tierra están en el nuevo cielo, en el despertar de la conciencia. La tierra (la realidad externa) es solamente el reflejo externo de ese cie

Razón y Espíritu.

¿Quien, mirando meditabundo la corriente de un río, no rememora el fluir de todas las cosas?. Arrojen a ella una piedra, y los círculos que se propagan son el hermoso modelo de toda influencia. El hombre es consciente de un alma universal que está dentro o por detrás de su vida individual, donde las esencias de la justicia, la Verdad, el Amor, la Libertad surgen y brillan como en un firmamento. A esta Alma Universal -que no es mía, ni de ustedes, ni de aquel otro, sino que nosotros somos de ella, somos su propiedad y sus huestes- él la llama Razón. Y el cielo azul en que la tierra de cada cual está enterrada , el cielo con su calma eterna y sus orbes perpetuos, es el modelo de la Razón. Aquello que, intelectualmente considerado, llamamos Razón, si se lo considera en relación con la naturaleza lo llamamos Espíritu. El Espíritu es el Creador. El Espíritu porta consigo la vida. Y en todas las épocas y países, el hombre lo ha incorporado a su lenguaje como el Padre. Ralph Emerson.

Sabio es ..

S abio es aquel que constantemente se maravilla. A ndré G ide.