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La nueva tierra no es una utopía.


¿Acaso la visión de la nueva tierra no es más que otra visión utópica? De ninguna manera. Todas las utopías tienen en común una proyección mental de un futuro en el que todo será perfecto, todos nos salvaremos, habrá paz y armonía y desaparezcan todos nuestros problemas. De esas utopías ha habido muchas; algunas terminaron en desilusión y otras en desastre. Todas las utopías tienen en su centro una de las principales disfunciones estructurales de la vieja conciencia: aspirar a la salvación en el futuro. La única forma como el futuro puede existir es en forma de pensamiento, de tal manera que cuando proyectamos la salvación hacia el futuro lo que hacemos realmente es buscarla en la mente. Permanecemos atrapados en la forma, y eso es ego. "Y vi un nuevo cielo y una nueva tierra", escribió un profeta de la Biblia. Los cimientos de la nueva tierra están en el nuevo cielo, en el despertar de la conciencia. La tierra (la realidad externa) es solamente el reflejo externo de ese cielo. El surgimiento del nuevo cielo y, con él, de la nueva tierra, no son unos sucesos liberadores que hayan de suceder en un futuro. Nada nos habrá de liberar porque la libertad está solamente en el momento presente. Ese reconocimiento es el despertar. El despertar como un suceso futuro carece de significado porque despertar es reconocer la Presencia. Así, el nuevo cielo, el despertar de la conciencia, no es un estado futuro al cual aspiramos llegar. El nuevo cielo y la nueva tierra están emergiendo dentro de nosotros en este momento y, si no es así, entonces no son más que un pensamiento. ¿Qué les dijo Jesús a sus discípulos? "El cielo está aquí, en medio de ustedes". En el Sermón de la Montaña, Jesús hizo una profecía que pocas personas han comprendido hasta la fecha. Dijo, "Bienaventurados los humildes, porque ellos heredarán la tierra". ¿Quiénes son los humildes y qué quiere decir eso de que heredarán la tierra? Los humildes son quienes carecen de ego. Son las personas que han despertado a su naturaleza esencial verdadera y reconocen esa esencia en todos "los demás" y en todas las formas de vida. Viven en el estado de entrega y sienten su unicidad con el todo y con la Fuente, encarnan la conciencia despierta que está cambiando todos los aspectos de la vida en nuestro planeta, incluida la naturaleza, porque la vida en la tierra es inseparable de la conciencia humana que la percibe y se relaciona con ella. Es así como los humildes heredarán la tierra.

Una nueva especie comienza a surgir en el planeta. ¡Está surgiendo ahora y es usted!



Eckhart Tolle.



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