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Si no sabes...

S i no sabes a qué puerto quieres ir, ningún viento será bueno. S éneca.

La mujer interior.

A veces las mujeres se cansan y se ponen nerviosas aguardando que sus compañeros las comprendan. "¿Cómo es posible que no sepan lo que pienso y lo que quiero?", se preguntan. Las mujeres se hartan de hacerse esta pregunta. Pero el dilema tiene una solución que es eficaz y efectiva. Sí una mujer quiere que su compañero responda de esta manera, tendrá que enseñarle el secreto de la dualidad femenina. Tendrá que hablarle de la mujer interior, aquella que, añadida a ella misma, suma dos. Y lo hará enseñando a su compañero a hacerle dos preguntas falsamente sencillas que conseguirán que se sienta vista, oída y conocida. La primera pregunta es la siguiente: "¿Qué es lo que quieres?" Casi todo el mundo suele formular una versión de esta pregunta. Pero hay otra pregunta más esencial y es la siguiente: "¿Qué es lo que quiere tu yo profundo?" Si un hombre pasa por alto la doble naturaleza de una mujer y la toma por lo que parece, lo más seguro es que se lleve ...

Aprendices, hacedores, maestros...

A prender es descubrir lo que ya sabes, hacer es demostrar lo que sabes. Enseñar es recordar a otros, que saben tanto como tu. Todos somos aprendices, hacedores, maestros. R ichard B ach.

Déjate llevar por tu intuición.

Mi maestra Raj Dharwani solía proponer un ejercicio que hoy comparto contigo. Ella decía que era como un juego de aquellos a los que jugábamos de niños, cuando acordábamos con nuestros compañeros imaginar una situación y nos metíamos en ella en "cuerpo y alma". Jugar como si fuéramos niños nunca puede ser menos que beneficioso, y a veces puede ser además revelador. Juguemos pues... Imagina que vas por un sendero abierto en un bosque muy frondoso. Llegas a un claro y encuentras un círculo de piedras. La luz del sol ilumina ese lugar. Te sientas en el suelo. Espiras profundamente y, cuando el aire vuelve a entrar en ti, formulas en silencio una pregunta que para ti es importante en este momento. Después espera y permanece a la escucha de una respuesta, o más de una. Si alguien aparece en tu imaginario, no pierdas tiempo en tratar de reconocerlo, no pienses, siente su presencia y relájate. No temas. No importa si te es conocido o desconocido, ha venido a ayudar. Niño o anciano, ...

Infinito amor...

S ólo despues de encontrarme a mi mismo puedo ayudar a otros. Y si he de ayudar debo tener comprensión completa y, sobre todo, infinito amor. K rishnamurti.

Libertad...

N adie puede ser libre sin haber aprendido antes a libertar a los demás. R. T agore.

Cristo Luz.

Un 25 de Diciembre hace muchos años, un beso de amor tocó la tierra y confirmó el pacto que Dios mismo condensaba en un pequeño cuerpo humano; cada célula de su cuerpo era luz comprimida, era una llama de amor que consumía todo lo que tocaba y cada palabra, cada movimiento, cada pensamiento, era como el vibrar delicado de las cítaras y laúdes que sublimaba la naturaleza humana, hasta hacerla percibir el maravilloso mundo de Dios. Y ese beso bendito caminó por la tierra y su aliento cubrió a los hombres con una maravillosa esencia de amor y la humanidad, pequeñas criaturas ignorantes, recibieron esa energía y reaccionaron de la manera más diversa, pero a todos llegó y esas luces que conformaban su cuerpo, esos átomos de luz que eran pequeños soles en el universo, quedaron regados por toda la superficie de este planeta, como una herencia divina hacia las generaciones futuras de esta raza humana. Cada chispita de luz proveniente de su cuerpo, sigue trabajando a donde quiera que la nat...

Uno de nosotros.

Y si Dios fuese uno de nosotros.... Ese hombre sentado a nuestro lado cuando viajamos en la vuelta a casa. Si fuese esa persona que nos regala una sonrisa cuando comienza nuestro día. Y si Dios fuese uno de nosotros?

Juntos.

V oy con las riendas tensas y refrenando el vuelo porque no es lo que importa llegar solo ni pronto, sino llegar con todos y a tiempo. L eón F elipe.

La alfombra persa.

Los que están perplejos por las dificultades y las aparentes incongruencias de la vida, deben recordar que en el presente sólo contamos con una visión parcial de las cosas, y que una visión parcial nunca muestra el objeto como verdaderamente es. En cualquier momento, sólo vemos una visión parcial del todo , incluso esa sección la vemos mal, debido a nuestra falta de comprensión. Si usted le enseña a un esquimal varias fotografías de secciones de un caballo, pero nunca el retrato de un caballo completo, el esquimal nunca sabrá cual es el verdadero aspecto del animal. La vieja comparación de la alfombra persa es un ejemplo excelente. Se dice que si uno observa solamente el lado inferior de la alfombra lo que ve es un confuso revoltijo de líneas y colores, sin belleza ni lógica. Pero esto ocurre porque usted no conoce la clave. Si voltea la alfombra , la verá por el lado correcto, conocerá el diseño ycomprenderá que esas hebras caóticas en realidad conforman un conjunto coherente y he...

Cada semilla sabe como llegar a ser árbol.

E n el silencio de mi reflexión percibo todo mi mundo interno como si fuera una semilla, de alguna manera pequeña e insignificante pero también pletórica de potencialidades. ... Y veo en sus entrañas el germen de un árbol magnífico, el árbol de mi propia vida en proceso de desarrollo. En su pequeñez, cada semilla contiene el espíritu del árbol que será después. Cada semilla sabe cómo transformarse en árbol, cayendo en tierra fértil, absorbiendo los jugos que la alimentan, expandiendo las ramas y el follaje, llenándose de flores y de frutos, para poder dar lo que tienen para dar. Cada semilla sabe cómo llegar a ser árbol. Y tantas son las semillas como son los sueños secretos. Dentro de nosotros, innumerables sueños esperan el tiempo de germinar, echar raíces y darse a luz, morir como semillas... para convertirse en árboles. Árboles magníficos y orgullosos que a su vez nos digan, en su solidez, que oigamos nuestra voz interior, que escuchemos la sabiduría de nuestros sueños semilla. Ell...

El beneficio de la aceptación.

La mente debería ser como el agua de un estanque, que cede ante cualquier cosa que se introduce en ella. No pone resistencia alguna. Y como siempre cede, nada puede dañarla. Podemos intentar golpearla con el objeto más pesado o cortarla con el arma más filosa, pero nunca conseguiremos herirla. El agua consiente lo que le llega desde fuera y se deja atravesar. A veces intentamos endurecernos, volvernos firmes como la piedra, impenetrables. No nos damos cuenta de que al oponer resistencia es justamente cuando salimos heridos. Si fuésemos como el agua y nos dejáramos atravesar en lugar de pelearnos con lo que nos sucede, nos volveríamos invulnerables. Nada podría lastimarnos. Nada nos desgarraría. Dejaríamos que las cosas nos atravesasen para luego recomponernos y volver a la calma. Aceptar que cada cosa es lo que es, en su máxima expresión, significa justamente eso: convertirnos en un estanque de agua. Alan Watts.

Lo que Dios quiere saber.

Noche tras noche vienen, alegría y dolor. Y antes de que lo adviertas se despiden los dos; para contarle a Dios cómo los has tratado al decirles adiós. Vienen de noche cuando más se siente su presencia en la soledad del espíritu y la oscuridad de los sentidos. Vienen los dos, viene el gozo y viene la tristeza, que ambos son visitantes ineludibles en la vida humana. Y se marchan pronto. Ambos se despiden antes de advertirlo. Se apaga el resplandor del entusiasmo, y se aleja la nube del penar. ¿Y a dónde van? Van a contarle a Dios cómo los hemos tratado. Nada más. Cuando llegó el gozo, ¿nos aferramos a él con abrazo desesperado para no dejarlo marchar nunca? ¿O le dimos la bienvenida, sí, pero con libertad nuestra y suya de entrar y salir cuando quisiera? Cuando llegó el dolor, ¿lo resistimos con quejas y protestas tratando de echarlo de malos modos? ¿O le abrimos la puerta delicadamente, dejándola entreabierta también para cuando quisiera marcharse? Eso es todo lo que Dios quiere saber....

Error de rumbo.

C onstruimos casas cada vez más grandes... y familias más pequeñas. Gastamos más... pero lo disfrutamos menos. Habitamos en edificios más altos... con vidas poco profundas. Vamos por autopistas más amplias... con mentes cada vez más estrechas. Tenemos más comodidades... pero vivimos cada vez más incómodos. Tenemos más conocimiento... y menos sensatez. Más expertos... y menos soluciones. Más medicinas... y menos salud. son tiempos de comida rápida... y de digestión lenta. De casas fantásticas... con hogares rotos. De enojarnos enseguida... pero de perdonar lentamente. De salir muy temprano... y llegar siempre tarde. Levantamos las banderas de la igualdad, pero sostenemos los prejuicios. Tenemos la agenda llena de teléfonos de amigos a los que nunca llamamos... Y los estantes de nuestra biblioteca repletos de libros, que jamás leeremos... Nos ganamos la vida, pero no sabemos como vivirla. Poseemos cada vez más cosas, y desperdiciamos casi todas. R impoché.

Tu luz.

A lli está todo lo que necesitas, Sol, luna y estrellas. Pues la luz que reclamas habita en tu interior. H ermann H esse.

Sin fin.

Q ue cada quien cumpla con su propio destino, reconozca sus pozos y riegue sus plantas... y si cae en la cuenta de que ha errado el camino, que desande lo andado y reconstruya su casa. H amlet L ima Q uintana.