Ir al contenido principal

Déjate llevar por tu intuición.


Mi maestra Raj Dharwani solía proponer un ejercicio que hoy comparto contigo. Ella decía que era como un juego de aquellos a los que jugábamos de niños, cuando acordábamos con nuestros compañeros imaginar una situación y nos metíamos en ella en "cuerpo y alma".
Jugar como si fuéramos niños nunca puede ser menos que beneficioso, y a veces puede ser además revelador.
Juguemos pues...

Imagina que vas por un sendero abierto en un bosque muy frondoso. Llegas a un claro y encuentras un círculo de piedras.
La luz del sol ilumina ese lugar. Te sientas en el suelo.
Espiras profundamente y, cuando el aire vuelve a entrar en ti, formulas en silencio una pregunta que para ti es importante en este momento.
Después espera y permanece a la escucha de una respuesta, o más de una.
Si alguien aparece en tu imaginario, no pierdas tiempo en tratar de reconocerlo, no pienses, siente su presencia y relájate. No temas.
No importa si te es conocido o desconocido, ha venido a ayudar. Niño o anciano, varón o mujer, dale la bienvenida y repítele tu pregunta.
Escucha su respuesta. O sus respuestas.
Quédate en silencio y quietud unos momentos.
Luego...
Regresa al presente por el camino por el que llegaste.




Jorge Bucay.







Comentarios

  1. Lo acabo de hacer. Hermoso ejercicio me rei un poco pero nos ayuda a reflexionar y a acomodar hacia donde vamos. Te mando un beso

    ResponderEliminar
  2. QUÉ BUENA PRÁCTICA PARA ACTIVAR LA INTUICIÓN O LA CONEXIÓN CON UN GUÍA ESPIRITUAL...

    GRACIAS POR TU PAZ, TU LUZ Y TU AMOR...

    BESOS

    PATRY

    ResponderEliminar
  3. Hola Pao:
    Hace tiempo que no nos vemos, vengo a desearte una feliz Navidad, no tengo más tiempo que os pueda dedicar. Tienes bastantes seguidores , pero Pao,escasos comentarios y escribes muy bien. En fin, si me necesiotas ya sabes que «Estoy a tu lado»
    Recibe mi ternura
    Sor.Cecilia

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

A todo caminante que la vida trajo por aqui, le agradezco que deje su huella. Un abrazo!!!

Entradas populares de este blog

Ayúdame a mirar...

“Diego no conocía la mar. El padre, Santiago Kovadloff, lo llevó a descubrirla. Viajaron al sur. Ella, la mar, estaba más allá de los altos médanos, esperando. Cuando el niño y su padre alcanzaron por fin aquellas cumbres de arena, después de mucho caminar, la mar estalló ante sus ojos. Y fue tanta la inmensidad del mar, y tanto su fulgor, que el niño quedó mudo de hermosura. Y cuando al fin consiguió hablar, temblando, tartamudeando, pidió al padre: "¡Ayúdame a mirar!" ( Eduardo Galeano.) La petición del niño ante la sorpresa azul del inmenso mar es la más bella expresión de lo que hombres y mujeres podemos hacer unos por otros en la búsqueda permanente que marca nuestra existencia. ¡Ayúdame a mirar! Tú no puedes mirar por mí, no puedes obligarme a mirar, no puedes hacer que yo vea lo que tú ves, no puedes forzarme, no puedes prestarme tus ojos, tus ideas, tu experiencia. Pero puedes ayudarme. Ya me has ayudado con llevarme al sur, con atravesar la arena conmigo, con pone

Dicen que antes de entrar en el mar...

“Dicen que antes de entrar en el mar, EL RIO tiembla de miedo... mira para atrás, para todo el día recorrido, para las cumbres y las montañas, para el largo y sinuoso camino que atravesó entre selvas y pueblos, y vé hacia adelante un océano tan extenso, que entrar en él es nada más que desaparecer para siempre. Pero no existe otra manera. El río no puede volver. Nadie puede volver. Volver es imposible en la existencia. El río precisa arriesgarse y entrar al océano. Solamente al entrar en él, el miedo desaparecerá, porque apenas en ese momento, sabrá que no se trata de desaparecer en él, sino volverse océano.” Khalil Gilbran.

Decir lo que se siente...

Decir lo que se siente exactamente como se siente. Claramente, si es claro, oscuramente si es oscuro; confusamente si es confuso. Fernando Pessoa.