Hablar de Armonía Interior es hablar de balance, de equilibrio en todas las áreas que componen al ser humano: física, mental, emocional y espiritual.
El ingrediente fundamental para lograr dicho balance es la conciencia. Despertar la conciencia es algo parecido a ordenar ese cajón, que la mayoría tenemos, en donde guardamos todo aquello que nos encontramos fuera de lugar y que de pronto no sabemos dónde acomodar.
Poco a poco vamos llenando ese cajón hasta que llega el día en que se nos dificulta abrirlo o cerrarlo por tantas cosas que contiene. Sabemos que está ahí, que ya no le cabe ni un alfiler…
Sin embargo le damos vuelta cuantas veces podemos, hasta que finalmente llega el momento en que ya no podemos ignorarlo. Así que sacamos el cajón del gabinete o la cómoda, y lo vaciamos sobre una superficie para comenzar a ordenarlo. Lo primero que tenemos enfrente es un caos total. No sabemos ni por dónde empezar, pero una vez que lo hacemos nos encontramos un sinfín de cosas que distraen nuestra atención… papelitos con alguna anotación, fotografías viejas, boletos de cine etc. Luego llega el momento difícil: decidir qué tiramos y qué es lo que seguiremos almacenando. Cuando vamos a mitad del camino, nos dan ganas de parar, pero sabemos que después nos costará todavía más volver a iniciar la tarea. Mejor respiramos profundo y seguimos. Más tarde, cuando estamos a punto de terminar, sentimos que crece nuestra energía y hasta llegamos a sentir entusiasmo y buen humor.
Una vez que terminamos, nos hacemos siempre la misma pregunta: ¿Por qué no lo había hecho antes? Como podemos observar, al realizar una tarea como ésta pasamos por una enorme variedad de emociones: En un principio sentimos irritación, apatía, apego y desgano, pero al final invariablemente, llegamos a sentir un incremento de energía, buen humor y satisfacción. Esta analogía ilustra lo que sucede una vez que decidimos ordenar nuestro “Cajón Mental”.
Sabemos que tenemos que hacerlo y sin embargo le damos vuelta… Pero también sabemos que nos sentimos saturados y que la única solución, es dejar de almacenar lo que ya no nos sirve y hacer espacio par que pueda llegar lo nuevo. ¿Qué es lo que podríamos perder si algún día decidimos arreglar nuestro “Cajón Mental”? Quizá lo único que perderíamos sería nuestra irritación, nuestra apatía, nuestro apego y nuestro desgano. Y al final, seguramente, nos haríamos la misma pregunta: ¿Por qué no lo había hecho antes?.
Carol Caplin.
No sabes lo mucho que me ha servido leer tu post del día de hoy creo presisamente eso me sucede a mi, esa apatia y tristeza o desgano, pero irremediablemente se que asi tiene que ser y me habia postergado en la toma de decisiones....
ResponderEliminarGracias Pao por lo que compartes al menos a mi me ha hecho bastante bien leerte un abrazo fuerte fuerte
Cómo lo aprendí, no lo sé, pero tengo claro desde el siglo pasado, que el orden y el aseo tanto físico como mental son el principio de la armonía!
ResponderEliminarUn Besito Marino
Gracias Patty,a mi tambien me hizo mucho bien leerlo.
ResponderEliminarSabiduria Tita, cuando no sabemos de donde lo aprendimos es que ya lo teniamos sabido de antes y nos habiamos olvidado, por eso estamos de nuevo aca, para recordar.
Un super abrazo a las dos, gracia por dejarme siempre sus palabras.
Me gusto mucho es reconfortante pensarlo así. Lastima que cueste tanto hacerlo. Gracias
ResponderEliminarAyuda mucho y eso es lo importante.
ResponderEliminar