La palabra del hombre es el Espíritu en el hombre. Las palabras habladas son sonidos producidos por las vibraciones de los pensamientos. Los pensamientos son vibraciones emitidas por el ego o por el alma. Deberíamos saturar cada una de nuestras palabras con las poderosas vibraciones de nuestras almas. Si un hombre es incapaz de infundir en sus palabras la fuerza del espíritu, el suyo es un lenguaje muerto. Cuando hablamos demasiado, o cuando exageramos o falseamos los hechos, nuestras palabras se vuelven tan inefectivas cual balas de papel disparadas con un rifle de juguete. Es por ello que tanto las palabras como las plegarias de personas locuaces o inescrupulosas en su lenguaje, suelen carecer de poder para operar un cambio positivo en el curso de los acontecimientos. Las palabras de los hombres deberían expresar no solamente la verdad, sino también su propia comprensión y realización [de dicha verdad]. Un lenguaje desprovisto de la fuerza del espíritu, se asemeja a una coronta de maíz desprovista de sus granos.
P. Yogananda.
Pues como consejo es muy bueno. Y todos deberíamos llevarlo a cabo.
ResponderEliminarUn saludo.
Te deseo buena semana.
Cada vez me doy más cuenta del poder del Verbo y como se debe con - jugar
ResponderEliminarUn abrazo Pao ..
Tiene toda la razón muy buen texto. Creo que yo debería hablar menos. Te mando un beso
ResponderEliminarUno de los cuatro acuerdos Toltecas dice: sé veraz en tus dichos e impecable en tus palabras,Ser Bohemio para mi no es cuestión de hablar menos,sino en prestar más atención a lo que decimos.
ResponderEliminarBesos David,tambien te deseo un hermoso día, y gracias Alegría me alegro que te hayas dado cuenta del poder de la palabra.
Besos a todos !!!!
Estoy de acuerdo, estos seres altamente espirituales, hablan poco pero bien.
ResponderEliminarCon pocas palabras explican lo que es importante, las palabras vanas las lleva el viento.
Un abrazo.
Ambar.