Ir al contenido principal

Doble naturaleza.


Dos pájaros, uno de ellos mortal, inmortal el otro,
viven en el mismo árbol. El primero picotea la fruta
dulce o amarga; el segundo mira sin comer.
Así el yo personal picotea la fruta de este mundo,
desconcertado por el sufrimiento, siempre con hambre de más,
pero cuando conoce el verdadero Yo, el Dios resplandeciente,
la fuente de la creación, todas sus ansias se aquietan.





Los Uspanishads.







Comentarios

  1. Un abrazo Pau .. buena semana
    Nos vemos ..

    ResponderEliminar
  2. Wao, yo me la paso pensando que a ti te debería dar un doctorado honoris causa, porque eres tan acertada, en este difícil arte de motivar reflexiones apropiadas, oportunas para ser cada día mejores seres humanos! Me encanta tu blog, mientras sigo pensando cómo homenajear al Amor que está en el aire, por ahora lo hago recomendándolo porque es mejor que cualquier consulta psiquiatrita o psicológica!

    Un Besito Marino

    ResponderEliminar
  3. Gracias Tita, me dejaste sin palabras, que comentario !!!!!
    Si te hace bien cada lectura de este blog, una partecita de mi misión esta cumplida.
    Gracias por estar siempre presente.

    Un abrazo Alegria , buena semana para vos tambien.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

A todo caminante que la vida trajo por aqui, le agradezco que deje su huella. Un abrazo!!!

Entradas populares de este blog

Ayúdame a mirar...

“Diego no conocía la mar. El padre, Santiago Kovadloff, lo llevó a descubrirla. Viajaron al sur. Ella, la mar, estaba más allá de los altos médanos, esperando. Cuando el niño y su padre alcanzaron por fin aquellas cumbres de arena, después de mucho caminar, la mar estalló ante sus ojos. Y fue tanta la inmensidad del mar, y tanto su fulgor, que el niño quedó mudo de hermosura. Y cuando al fin consiguió hablar, temblando, tartamudeando, pidió al padre: "¡Ayúdame a mirar!" ( Eduardo Galeano.) La petición del niño ante la sorpresa azul del inmenso mar es la más bella expresión de lo que hombres y mujeres podemos hacer unos por otros en la búsqueda permanente que marca nuestra existencia. ¡Ayúdame a mirar! Tú no puedes mirar por mí, no puedes obligarme a mirar, no puedes hacer que yo vea lo que tú ves, no puedes forzarme, no puedes prestarme tus ojos, tus ideas, tu experiencia. Pero puedes ayudarme. Ya me has ayudado con llevarme al sur, con atravesar la arena conmigo, con pone

Dicen que antes de entrar en el mar...

“Dicen que antes de entrar en el mar, EL RIO tiembla de miedo... mira para atrás, para todo el día recorrido, para las cumbres y las montañas, para el largo y sinuoso camino que atravesó entre selvas y pueblos, y vé hacia adelante un océano tan extenso, que entrar en él es nada más que desaparecer para siempre. Pero no existe otra manera. El río no puede volver. Nadie puede volver. Volver es imposible en la existencia. El río precisa arriesgarse y entrar al océano. Solamente al entrar en él, el miedo desaparecerá, porque apenas en ese momento, sabrá que no se trata de desaparecer en él, sino volverse océano.” Khalil Gilbran.

Decir lo que se siente...

Decir lo que se siente exactamente como se siente. Claramente, si es claro, oscuramente si es oscuro; confusamente si es confuso. Fernando Pessoa.