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Celebra lo que la existencia te trae.


El camino del buscador está lleno de espacios maravillosos, pero también hay momentos desérticos. Está lleno de felicidad, como cuando sale el sol por la mañana y los pájaros cantan y las flores sonríen en todo el mundo. Pero no siempre es así. También hay momentos de mucha oscuridad. Estás perdido, sin saber dónde estás y no sabes si esa noche tiene un final.

Esto es algo que tienes que asimilar: el camino tiene subidas y bajadas, no es siempre estático. Y mejor que sea así o te aburrirías del éxtasis. No puedes pasarte las veinticuatro horas del día sonriendo, también tienes que descansar. Los momentos en que te sientes retraído, perdido, son los momentos de descanso. Los momentos en los que sientes felicidad, una sonrisa, son los momentos de celebración.

Pero no deberías escoger. Son igualmente aceptables, son igualmente inevitables. Tienes que entender la semejanza de estos dos momentos: oscuro y negativo, claro y positivo. No estás pidiendo sólo momentos felices, no estás pidiendo nada de nada. Simplemente celebras lo que la existencia te trae. Sea cual sea el regalo -una noche oscura o una alegre mañana, lágrimas o sonrisas-, eso no importa. Tu agradecimiento sigue siendo el mismo.

Es algo difícil de entender... Cuando las cosas van bien, es muy fácil estar agradecido. Pero el verdadero agradecimiento surge cuando las cosas no van bien, y es la prueba de fuego de tu gratitud...

La belleza de la gratitud cuando no hay nada que agradecer es sencillamente un inmenso milagro, es mágico, es un momento de enorme transformación. Hay que ser muy inteligente. Espero que lo demuestres. Confío en que todo el mundo tenga inteligencia para entender los misterios más profundos de la vida.


Osho.



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