Ir al contenido principal

Soñador de la montaña.


No me interesa como te ganas la vida.

Quiero saber qué añoras, y si te atreves a soñar con unirte al anhelo de tu corazón.

No me interesa tu edad .

Quiero saber si te arriesgarás a parecer un tonto por amor, por tus sueños….por la aventura de estar vivo….

No me interesa qué planetas están en cuadratura con tu luna.

Quiero saber si has tocado el centro de tu propio dolor …si te han abierto las traiciones de la vida …o te has encogido y cerrado por miedo a mas dolor….

Quiero saber si puedes encontrarte con ese dolor, tuyo o mío, sin moverlo ni esconderlo, disminuirlo ni arreglarlo ,

Quiero saber si puedes estar en la alegría , tuya o mía …. abandonarte a la danza y dejar que el éxtasis te llene hasta la yema de los dedos; sin advertirnos que tengamos cuidado , que seamos realistas, que recordemos las limitaciones del ser humano.

No me interesa si la historia que me cuentas es cierta .

Quiero saber si puedes ser verdadero contigo mismo. Si puedes aguantar ser acusado de traición y no traicionar a tu propia alma-

Quiero saber si puedes ver belleza aun cuando no sea bonito cada día… y dejar brotar tu vida de la presencia de Dios.

Quiero saber Si puedes vivir con el fracaso y sin embargo pararte al borde de un lago y gritarle a lo plateado de la luna : SI!

No me interesa saber dónde vives ni cuanta plata tienes.

Quiero saber si puedes levantarte luego de una noche de dolor y desespero , exhausto y lastimado hasta los huesos y , arreglar lo que haya que arreglar.

No me interesa quien eres ni como llegaste aquí.

Quiero saber si te pararás conmigo en el centro del fuego y no te asustarás.

No me interesa saber donde, ni que ni con quien hayas estudiado.

Quiero saber que te sostiene desde adentro cuando todo lo demás… se cae.

Quiero saber si puedes estar solo contigo y si te gusta en verdad, la compañía que tienes, en los momentos vacíos…


Oriah, soñador de la montaña
(Anciano Indio)


Comentarios

Entradas populares de este blog

Ayúdame a mirar...

“Diego no conocía la mar. El padre, Santiago Kovadloff, lo llevó a descubrirla. Viajaron al sur. Ella, la mar, estaba más allá de los altos médanos, esperando. Cuando el niño y su padre alcanzaron por fin aquellas cumbres de arena, después de mucho caminar, la mar estalló ante sus ojos. Y fue tanta la inmensidad del mar, y tanto su fulgor, que el niño quedó mudo de hermosura. Y cuando al fin consiguió hablar, temblando, tartamudeando, pidió al padre: "¡Ayúdame a mirar!" ( Eduardo Galeano.) La petición del niño ante la sorpresa azul del inmenso mar es la más bella expresión de lo que hombres y mujeres podemos hacer unos por otros en la búsqueda permanente que marca nuestra existencia. ¡Ayúdame a mirar! Tú no puedes mirar por mí, no puedes obligarme a mirar, no puedes hacer que yo vea lo que tú ves, no puedes forzarme, no puedes prestarme tus ojos, tus ideas, tu experiencia. Pero puedes ayudarme. Ya me has ayudado con llevarme al sur, con atravesar la arena conmigo, con pone

Dicen que antes de entrar en el mar...

“Dicen que antes de entrar en el mar, EL RIO tiembla de miedo... mira para atrás, para todo el día recorrido, para las cumbres y las montañas, para el largo y sinuoso camino que atravesó entre selvas y pueblos, y vé hacia adelante un océano tan extenso, que entrar en él es nada más que desaparecer para siempre. Pero no existe otra manera. El río no puede volver. Nadie puede volver. Volver es imposible en la existencia. El río precisa arriesgarse y entrar al océano. Solamente al entrar en él, el miedo desaparecerá, porque apenas en ese momento, sabrá que no se trata de desaparecer en él, sino volverse océano.” Khalil Gilbran.

Decir lo que se siente...

Decir lo que se siente exactamente como se siente. Claramente, si es claro, oscuramente si es oscuro; confusamente si es confuso. Fernando Pessoa.