“Cuando su hermano nació, Sachi les insistía a los padres
para que la dejaran sola con el bebé.
Temiendo que, como muchas criaturas de cuatro años,
estuviera celosa y quisiera hacerle algún daño,
ellos no la dejaron.
Pero Sachi no daba muestras de celos.
Y, como siempre trataba al bebe con cariño,
los padres decidieron hacer una prueba.
Dejaron a Sachi con el recién nacido
y se quedaron observando su comportamiento
por la puerta entreabierta.
Encantada al ver su deseo satisfecho,
la pequeña Sachi se aproximó a la cuna en puntas de pie,
se inclinó sobre el bebé y le dijo:
- ¡Dime cómo es Dios¡ ¡Yo ya me estoy olvidando!”
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A todo caminante que la vida trajo por aqui, le agradezco que deje su huella. Un abrazo!!!