Cuando el Maestro oía decir a alguien: “Me gustaría mucho más mi mujer si fuese de otra manera”, solía contar lo que le ocurrió a él un día mientras contemplaba una puesta de sol en el mar.
- “¿No es precioso?”, le dijo entusiasmado a una pasajera que se encontraba junto a él apoyada en la barandilla.
- “Sí - dijo de mala gana la mujer -.
Pero ¿no cree usted que estaría mejor con un poco más de rosa a la izquierda?”
Todo el mundo - dijo el Maestro - te resulta encantador cuando prescindes de las expectativas que te habías forjado sobre cómo deberían ser.
Anthony de Mello.
Hola Pao, es un buen consejo, pero es cierto que todos querriamos cambiar algo y hacernos un mundo a nuestra manera.
ResponderEliminarUn abrazo.
Ambar.
Que ganas la de la gente de distraerse de los mil motivos para ser feliz y ponerle peros!
ResponderEliminarUn Besito marino
Si ponemos alguna expectativa a lo que hacemos, indudablemente viene la frustación, la mente siempre pone algo de fantasía cuando proyecta.
ResponderEliminarUn beso chicas,gracias por su comentario !!