En los seres humanos palpita una energía divina. El poder de esta energía impregna todo nuestro ser y nos permite realizar todas las funciones del vasto repertorio de los pensamientos y conductas humanas. En esta energía divina existen dos aspectos.
El aspecto externo hace que el corazón lata, los pulmones se hinchen y los sentidos funcionen: en esencia, mantiene vivos nuestros cuerpos. El aspecto interno de esa energía está dormido, pero podemos despertarlo.
Este universo interno es más vasto que el externo. El júbilo interior hace que todo el júbilo que se experimenta en el mundo de los sentidos parezca carente de significado. Cuando se exprimenta esa luz interna, añade a la vida una brillantez que no se parece a nada que puedan describir las palabras.
Cuando uno descubre su yo más sublime, experimenta esa energía interior y permite que guíe su vida. El adjetivo más corriente para describir esta fuerza interna es “espiritual”.
Cuando hablo de espiritualidad y de ser espiritual, describo una actitud hacia Dios, un viaje interior de iluminación. Hablo de desarrollar las cualidades divinas de amor, perdón, bondad y éxtasis que tenemos dentro. Según mi interpretación, la espiritualidad no es cuestión de dogmas ni de reglas. Es luz, júbilo y concentración en la experiencia del amor y el éxtasis internos, y transmitir esas cualidades al exterior. Al viaje destinado a descubrir su yo más sublime lo llamo “búsqueda sagrada!
Definición de su busqueda sagrada:
La energía esencial que le ha alimentado durante toda su vida es la energía exterior. Ésta energía exterior mantiene la vida, pero no proporciona la sensación de éxtasis y plenitud que anhelamos.
En su libro Mistery of the Mind (El misterio de la mente), Swami Muktananda describe la experiencia de la energía divina:
Un día, esa luz explotará y lo verá todo. Verá que el universo entero existe dentro de ella. La luz divina de
Verá que la totalidad del universo está contenida en usted mismo. Sabrá que todo –todas las infinitas formas del mundo- no son más que emanaciones de su existencia. Se dará cuenta de que es usted quien se refleja en todas partes, y que es su propio reflejo el que pasa ante sus ojos.
Usted tiene dentro de sí este poder de trascendencia sobre la vida dominadas por el ego. Puede darse la vuelta y mirar hacia el interior, descubrir su naturaleza espiritual. Entonces podrá vivir cada uno de sus días, con independencia de lo que pueda estar haciendo, con la sensación de éxtasis que se deriva de hallarse en el sendero de la búsqueda sagrada. Hacer explotar esa luz implica entender quién es uno y qué está haciendo aquí, en esta cosa llamada cuerpo, en este lugar llamado mundo, en este momento de su vida.
Wayne Dyer.
"Tu yo sagrado"
Del corazón al espíritu, del espíritu al amor, del amor a la luz, de la luz a la sabiduría, de la sabiduría a la fantasía, de la fantasía al aire, del aire al corazón, así es el amor, hoy busque esta vieja canción, para recrear mi imaginación de tu blog: http://www.youtube.com/watch?v=R9BoJhEUixo
ResponderEliminarUn besito marino!
Guauuu!!! Me encantó la nota que publicaste...pero también me encantó el comentario de Tita! Impresionante! Así que además de comentar el post, comento el comentario jajajaj...Belleza total!
ResponderEliminarEsta entrada me ha recordado lo que dijo Amado Nervo:
ResponderEliminarLa sabiduría no proviene del exterior. Nace de la naturaleza íntima. Minero de uno mismo o buzo, da igual; lo importante es mirar hacia dentro. Cuanto más hondo, más alto. Cuanta más oscuridad, más luz. Cuando más hondo es el abismo, más alta es la visión...
Dentro de tí está el secreto.
Gracias por recordármelo. Un abrazo.
Dentro de ti esta esa Diosa que ilumina todo lo que le rodea, nunca te olvides de tu mágico poder.
ResponderEliminarUn abrazo !!!!