El error más grande lo cometes cuando, por temor a equivocarte, te equivocas dejando de arriesgarte en tu camino.
No se equivoca el río cuando, al encontrar una montaña en su camino,
retrocede para seguir avanzando hacia el mar;
se equivoca el agua que, por temor a equivocarse, se estanca y se pudre en la laguna.
No se equivoca la semilla cuando muere en el surco para hacerse planta;
se equivoca la que por no morir bajo la tierra renuncia a la vida.
No se equivoca el niño que gatea porque quiere caminar;
se equivoca el que por temor a equivocarse no gatea y no aprende a caminar.
No se equivoca el hombre que ensaya por distintos caminos para alcanzar su meta;
se equivoca el que por temor a equivocarse no camina.
No se equivoca el hombre que busca la verdad y no la encuentra;
se equivoca el que por temor a errar deja de buscarla.
No se equivoca el hombre que pierde la vida por jugarla en serio;
se equivoca el que, por temor a perderla, la pierde en vano sin jugarse nunca.
No se equivoca el pajaro que ensaya el primer vuelo y cae al suelo;
se equivoca el que por temor de caerse renuncia a volar y no abandona el nido.
Solo temen equivocarse los que no aceptan que ser hombre es eso;
estar buscandose a si mismo cada día, sin encontrarse nunca plenamente.
Creo que al final del camino no te premiaran por lo encontrado, sino por haber buscado honestamente;
y no te castigaran por lo no encontrado, sino por no haber buscado.
Rene Trossero.
He sentido tantas veces esa sensación, pero cómo hacer que el corazón prevalezca sobre la pensativa razón?.. Sé que tienes razón ;)
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