Ir al contenido principal

Alza el vuelo...



Alza el vuelo, hazte crecer las alas
y cruza los espacios y los tiempos,
-no existirían si tú no los pensaras-,
cierra los ojos, despójate de todo,
encierra el cuerpo y amanece el alma,
despégate de todo lo que pesa,
desata el nudo de las penas agrias,
navega al infinito
por esos mares breves de nostalgias,
coge al vuelo los versos y las risas,
prende al cielo el sol de una mirada,
cargada de no sé qué recuerdos,
asida de no sé qué añoranzas,
recupera los magos y los sueños,
los momentos azules de la infancia,
bautízate de fe y de fantasía,
olvida el suelo y salta
a los confines donde el amor nace,
donde nacen la vida y la esperanza,
donde beben sus versos los poetas,
donde crece la luna a la mañana,
allí donde tiembla el horizonte,
y está la estrella azul y más lejana,
en los parajes mágicos que habita
el corazón del que sufre y del que ama.

Antonia Álvarez.


Comentarios

  1. Hola , me gusta mucho lo que escreviste en tu perfil !!!
    Jo tambien vivo en una realidad diferente e le pongo a la vida mis colores !!!

    gracias por seguir mi pintura !!!

    un abrazo

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

A todo caminante que la vida trajo por aqui, le agradezco que deje su huella. Un abrazo!!!

Entradas populares de este blog

Ayúdame a mirar...

“Diego no conocía la mar. El padre, Santiago Kovadloff, lo llevó a descubrirla. Viajaron al sur. Ella, la mar, estaba más allá de los altos médanos, esperando. Cuando el niño y su padre alcanzaron por fin aquellas cumbres de arena, después de mucho caminar, la mar estalló ante sus ojos. Y fue tanta la inmensidad del mar, y tanto su fulgor, que el niño quedó mudo de hermosura. Y cuando al fin consiguió hablar, temblando, tartamudeando, pidió al padre: "¡Ayúdame a mirar!" ( Eduardo Galeano.) La petición del niño ante la sorpresa azul del inmenso mar es la más bella expresión de lo que hombres y mujeres podemos hacer unos por otros en la búsqueda permanente que marca nuestra existencia. ¡Ayúdame a mirar! Tú no puedes mirar por mí, no puedes obligarme a mirar, no puedes hacer que yo vea lo que tú ves, no puedes forzarme, no puedes prestarme tus ojos, tus ideas, tu experiencia. Pero puedes ayudarme. Ya me has ayudado con llevarme al sur, con atravesar la arena conmigo, con pone

Dicen que antes de entrar en el mar...

“Dicen que antes de entrar en el mar, EL RIO tiembla de miedo... mira para atrás, para todo el día recorrido, para las cumbres y las montañas, para el largo y sinuoso camino que atravesó entre selvas y pueblos, y vé hacia adelante un océano tan extenso, que entrar en él es nada más que desaparecer para siempre. Pero no existe otra manera. El río no puede volver. Nadie puede volver. Volver es imposible en la existencia. El río precisa arriesgarse y entrar al océano. Solamente al entrar en él, el miedo desaparecerá, porque apenas en ese momento, sabrá que no se trata de desaparecer en él, sino volverse océano.” Khalil Gilbran.

Decir lo que se siente...

Decir lo que se siente exactamente como se siente. Claramente, si es claro, oscuramente si es oscuro; confusamente si es confuso. Fernando Pessoa.