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Romance,una busqueda de sueños.


Cada vez que pensaba que iba a ser “feliz para siempre” en una relación, esta sensación nunca duraba mas de seis semanas, a veces un poco más. Alrededor de este tiempo siempre comenzaban las quejas “¿Por qué no puso la tapa de la pasta de dientes?”, “Si él realmente me ama por qué no me presta más atención”.

Pronto todas las expectativas se transforman en sueños destrozados y al poco tiempo, comenzamos a ver cosas que no nos gustan … O en otras palabras –y lo que yo considero la contribución más importante de esto– empezamos a vernos a nosotros mismos. Y hacia allí va mi pregunta … ¿Cómo se puede amar al otro si no te amas a tí mismo? La respuesta es: no se puede, al menos no se puede amar incondicionalmente.

No puedes amar a alguien incondicionalmente hasta que el amor incondicional no lo sientas hacia ti, porque en última instancia, terminarás juzgando al otro en las mismas cosas que te juzgas a tí mismo, no aceptarás las cosas en el otro que no aceptes en ti. Esto no significa que todas las relaciones son en vano, o que dejemos de intentarlo, no es esto lo que estoy diciendo, pero sí significa que tenemos que prestar atención a la relación más importante que tenemos en nuestras vidas: la relación con nosotros mismos, y recordar que aquellas cosas que no nos gustan de nuestro espejo más cercano, están probablemente en nosotros mismos, en algún lugar.

A menudo la relación con nosotros mismos la postergamos hasta después de haber cumplido en nuestra relación con el resto del mundo. Pensamos que amarse a uno mismo es egoísta. Sin embargo, hasta que no aprendamos a amarnos nosotros mismos, nuestras relaciones estarán llenas de necesidad y co-dependencia. Es la necesidad la que nos lleva a la conexión, cuando sentimos que necesitamos a alguien - o algo, para ser felices, eso nos atrae hacia el otro. Y a eso se le agrega el control, creemos que debemos controlar a quienes nos sentimos atraídos, por esta necesidad y porque nuestra felicidad depende de su presencia, asegurarnos que cumplirán con nuestras necesidades.

Es así que el control da lugar a la manipulación y a todas las jugarretas que nos garanticen, de acuerdo a lo aprendido, obtener aquello que queremos. Pero ¿dónde está el amor en todo esto? Manipulación y el control no proceden del amor, sino que están llenas de miedo. Estamos jugando estos juegos, todo para cubrir el miedo al abandono y el rechazo.

Cuando te amas a tí mismo tus relaciones son honestas y transparentes, no hay miedo a perder y puedes ser real y mostrarte exactamente como eres, lo que le da al otro la libertad para hacer lo mismo.

Esta honestidad es la base de una verdadera relación de amor y así no es el miedo el que rige la relación, sino la aceptación y la verdad. Y con esto viene una gran libertad, y la capacidad de disfrutar realmente de la presencia de los demás. Creemos que si no controlamos a nuestro apego vamos a perder, pero en realidad sucede todo lo contrario, cuando el amor es sin condiciones, incluso si el otro no está a tu lado, te sentirás más cerca de ellos que nunca.

Este es el poder del amor incondicional, la verdad, la honestidad, la seguridad interna que crece cada día y no sólo en las relaciones románticas, sino en las relaciones con todos y tu entorno. Otro paso para una mejor calidad de vida en paz, en amor, en alegría y libertad.


Isha.


Isha,es una maestra espiritual que ha ganado popularidad en América Latina. Viaja por todo el mundo dando conferencias acerca de la expansión de la conciencia y la iluminación y enseñando el Sistema Isha, un sistema completo de autosanación y reducción de estrés.



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